miércoles, 9 de abril de 2008

The Nomadic Museum: Ashes and Snow

Si algo he aprendido en este blog, es que debo de dejar de prometer cosas, o por lo menos, dejar de ponerles fecha… Nunca he podido cumplir de manera efectiva con lo que prometo en el blog (en el mundo real es otro cantar), haciéndome ver mal y perdiendo cierta credibilidad (¡Ayayay!).
Bah, como sea, con un día de retraso, mis comentarios de “un museo bastante hypeado”.

Como parte de una pre-campaña política por parte de cierto jefe de gobierno, el Gobierno del Distrito Federal (con el apoyo de Fundación Telmex, Rolex International, y Fundación Televisa), se encargó de traer el Nomadic Museum, estructura que contiene la exposición de Gregory Colbert titulada “Ashes and Snow” y a la que asistir es una experiencia en dos partes, tanto arquitectónica como fotográfica.
La estructura que alberga la exposición fotográfica, es llamada “The Nomadic Museum” y fue concebida por el mismo fotógrafo por ahí de 1999. El señor Colbert, concibió un museo que fuera ambientalmente amigable con su entorno, que fuera autosustentable, que tuviera un impacto ambiental reducido, y sobre todo, que pudiera viajar a lo largo y ancho del mundo. No fue sino hasta el 2005 en Nueva York, que el primer “Nomadic Museum” (Museo Nómada) vio la luz, albergando, como lo haría de ahí en adelante, el trabajo fotográfico titulado… Bueno, ya saben cómo se llama.
Para su montaje en la Ciudad de México, Gregory Colbert encargó el diseño de un nuevo Museo Nomádico al colombiano Simón Vélez, teniendo como resultado un museo construido con los mismos materiales en los cuales se transporta. Así, la estructura está sustentada por contenedores, mientras que los asientos de uno de los teatros que alberga el museo (3 en total), están conformados por embalajes de quiensabe que elementos del museo, y las paredes están hechas de bambú, material altamente resistente a la vez que ligero. Al interior, existen 4 pantallas de agua, que en conjunto a la iluminación y a la musicalización minimalista, crea un estado de relajación y armonía acorde a lo pretendido por las imágenes fotográficas. Este estado de armonía y relajación solamente es interrumpido por el terrible y abochornante calor humano expedido dentro del museo, climatización casual que va muy acorde a la tropicalización de las fotografías.
La segunda experiencia, que es a la que el grueso de los visitantes asiste, es la fotográfica. El montaje consta de 53 fotografías y 3 videos: Un largometraje de 60 minutos y dos cortometrajes realizados bajo la simetría haiku ¿Cómo es esto? No tengo ni la más mínima idea, aunque siempre pudo haber recurrido a mi haiku preferido:

Haikus are easy

But sometimes they don't make sense

Refrigerator

Tanto las fotografías como los videos, están realizados con tonos sepia asemejando (a palabras del autor), la relación que los animales tienen con la tierra. Las fotografías y los videos, fueron recopilados en diferentes países del mundo, tales como Borneo, Belice, India, Egipto, Kenya, la Antártica y las Azores por mencionar algunos, retratando estas la interacción entre el ser humano y diferentes animales totémicos, tales como el elefante, el águila, las ballenas y el guepardo.
Así, el objetivo del montaje fotográfico, es el de sensibilizar y reflexionar acerca de la espiritualidad que el ser humano tiene con los animales, y su posición frente a la naturaleza.
Las fotografías muestran paisajes artísticos y surrealistas, en las cuales, el ser humano imita a los animales, mientras que los animales demuestran “civilidad” para compartir el mundo con el ser humano.

Vale, y después de todo el discurso previo que trae esta exposición ¿Que nos queda? Pues nos queda uno de esos productos comerciales estereotipados, predispuestos como bolo alimenticio para las grandes masas. No quiero que se me mal interprete, tanto el trabajo arquitectónico (lo mejor de la exposición a mi gusto), como el trabajo visual que el museo alberga, son de una belleza apreciable, el problema que yo le veo, es que ya todo se encuentra digerido.
Colbert, en un muy notable esfuerzo por concientizar al pópulo común (sin afán de degradar), presenta escenarios montados donde un elefante se sienta plácidamente a escuchar como un niño le lee un cuento, o cómo un nadador posee las mismas cualidades pulmonares que una ballena. Este tipo de cosas despiertan en las personas sentimientos y pensamientos tales como “hay que lindo el elefante, los niños son como sus orejitas”, o “hay mira, el viejito arropa al lince de la tormenta”. Me pregunto si las escenas del orangután jugando con sus excrementos, o del guepardo desgarrando al antílope despertarían tales sentimientos. El problema de esto, es la disonancia que crea el tener una idea romántica del mundo natural y tratar de preservar esta naturaleza romántica, y el choque de esta con el mundo real donde la trinche hiena va a llegar a tragarse sin dudarlo los restos de un cebú muerto en descomposición.
Sí, nos estamos jodiendo al planeta, y si, necesitamos crear conciencia entre las personas acerca de la preservación natural, pero vieran que daño hace el llegar con una idea romántica de querer rescatar a los changos que en cuanto te vean te van a pegar piojos y can a comenzar a escupirte lo que acaban de comer… Vamos, hasta los Simpson en “Bart de Noche” hace referencia a esto que menciono.
El arte no es para todosHasta tiene una segunda parte!), y si bien le aplaudo al señor Colbert que nos arme un bonito escenario pre-construido, creo yo que todos aquellos que asisten a la exposición por que vieron un anuncio en el micro de la ruta 2 “Chapultepec-La Raza”, o porque Lolita Ayala lo recomendó, están yendo con una idea errónea de lo que es la exposición, y sobre todo, saldrán con una idea errónea de lo que acaban de ver (ansiosos de comprar su pulserita hecha por los monjes tibetanos y tener buena suerte a la vez que completan la experiencia “mágico-mística-cómica-espiritual-músico-familiar” que el museo es).
A esta exposición se debe de ir con un conocimiento previo de lo que es y de lo que se intenta lograr, pero sobre todo, se debe de ir con una idea del mundo previa y propia, no esperando que algún artista nos haga un cocowash acerca de su visión del mundo (que eso es para todo el arte en general).

The Nomadic Museum, con la exposición “Ashes and Snow”, estará en el zócalo de la Ciudad de México hasta este 28 de abril, los horarios son de lunes a viernes de 10:00 a 20:00 horas, los sábados de 10:00 a 22:00 horas, y los domingos y días festivos de 10:00 a 20:00 horas. La entrada no tiene ningún costo (más que el que se paga al estar bajo el inclemente rayo del sol por horas, que para eso es mejor ir entre semana en la mañana), y no se pueden tomar fotografías en el interior.
Advertidos están.

Ashes and Snow.

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Now playing: Morrissey - First Of The Gang To Die
via FoxyTunes

3 comentarios:

Anónimo dijo...

cuando yo fui mas bien me parecio una vision romantica pero del ser humano (al estilo comunistoide) en donde los hermosos humanos son capaces de respetar y convivir en armonia con la naturaleza, siendo la realidad tan distinta, en una de las fotos del niño que no recuerdo cual ,me recordo a un gatito que vi en la calle buscando comida en un pañal cagado que una vieja jodida acababa de tirar en la calle, todo lo que hacemos causa un daño ,somos incapaces de respetar el lugar donde vivimos , y nunca lo seremos , es por eso que el museo se me hizo una vision optimista.romantica.comunistoide no de la naturaleza sino del hombre, lo cual me da mucho asco

HoLaPaDrInO dijo...

Para mi hay muchas opticas como en todo para poder describir lo observado...
Creo que el mensaje que yo entendí fué el de la naturaleza como omnipotente y que al final todo se tiene que hacer respetandola...
Cuando en el video mas largo menciona el texto de "las cenizas a la nieve" no hace mas que reflejar que la naturaleza termina siendo mas que el hombre y sus acciones, a pesar de nuestros daños ella termina, por ese mismo daño, regresando el mal.
Si, suena tal vez muy romantico o tal vez muy realista, depende la optica como ya lo he dicho, pero es la realidad y a mi meparece un buen intento por llevar cultura a las masas... Aunque obviamente eso no se podrá, están mas preocupados por sobrevivir que por adquirir "cultura".

No hay que limitarnos a verlo malo o bueno... Para mi es una buena exposición y ya...

Eduardo "iCthulhutl" dijo...

La diferencia entre el ser humano y los animales, es que el hombre tiene la capacidad de razonar (quesque) y modificar su conducta en pro de la conservación natural, cosa que los animales no tienen (quesque).
Y vuelvo y digo, yo no demerito el trabajo de Colbert. A mi también me parece una buena exposición que permite reflexionar acerca del mundo y nuestra situación en el. A lo que yo estoy haciendo crítica, es a la optica con la que se puede ver. Si, hay diferentes maneras de percibir las distintas cosas que hay en el mundo, pero que que saber apreciarlas con la óptica adecuada. Son todas aquellas malinterpretaciones de textos y filosofías las que nos han traido "maravillas" como la guerra fria por mendionar un ejeplo del montón.